Las hernias discales, lumbares o cervicales, son uno de los padecimientos más comunes de la columna. Entre las molestias se encuentra el dolor u hormigueo que se extiende desde las extremidades cercanas a la hernia: piernas si es lumbar o brazos si es cervical.
La alimentación adecuada puede reducir los síntomas ocasionados por las hernias de disco.
Pero, ¿cómo saber cuáles son los alimentos adecuados para evitar que estos síntomas empeoren? De acuerdo con los expertos, la dieta correcta puede ser beneficiosa para disminuir las molestias, pero la dieta incorrecta puede incrementarlos, por esta razón también es necesario complementar esto con algunos ejercicios y usar sencillos aparatos ortopédicos como Cordus y Sacrus.
Aquí te decimos cuáles son los alimentos que definitivamente debes dejar de consumir y cuáles comenzar a comer si quieres evitar o reducir las molestias que conlleva tener hernias de disco.
Que EVITAR hacer:
- Evitar el alcohol. “Evitar el consumo excesivo y/o crónico del alcohol, ya que impide la absorción de micronutrientes como la vitamina B12 y favorece la aparición de la neuropatía alcohólica”, explican los autores de este documento.
- Suprimir el tabaco. Especialmente importante en el caso de problemas reumáticos, ya que podría agravar la patología.
- Control del peso. Un peso adecuado ayudará a reducir el peso que deben soportar las vértebras y las articulaciones.
¿Cuáles son los nutrientes que necesitamos?
Calcio
Es el principal mineral en los huesos. Su ingesta es particularmente importante durante el crecimiento para la formación de los huesos. Sin embargo, consumir de leche y suplementos de calcio no va a hacer que tus huesos sean más fuertes. El calcio que ingieres debe estar balanceado con otros nutrientes para que pueda ser adsorbido y empleado de forma adecuada.
¿Cómo consumirlo? Las fuentes más comunes y más importantes de calcio son los productos lácteos y sus derivados: leche, yogurt y el queso. Otra fuentes importantes de calcio son los vegetales verdes como las coles, legumbres, almendras, naranjas y algunos pescados como las sardinas y el salmón.
Fósforo
El fósforo es necesario para maximizar el beneficio del calcio. Los productos lácteos contienen ambos, pero muchos de los suplementos de calcio, no. Los alimentos ricos en fósforo son los huevos, los cereales y la carne.
Magnesio
Este mineral también es parte de la composición de los huesos y es necesario en más de 300 reacciones bioquímicas –que se sepa- que ocurren en el cuerpo. Cuando hay deficiencia de magnesio, nuestro cuerpo lo toma de los huesos y esto puede provocar una baja en la densidad de los huesos. El magnesio se encuentra en los vegetales verdes, así como en el pescado, las semillas, aguacates, plátanos y chocolate negro, es decir, al menos 70% de cacao.
Hierro
Este mineral juega un importante papel en la producción de colágeno y en la conversión de la vitamina D. También es indispensable en la formación de hemoglobina y mioglobina, las dos moléculas encargadas de transportar el oxígeno a los tejidos.
Vitamina D
La vitamina D ayuda al cuerpo a absorber el calcio, que ya vimos que es el principal constituyente del hueso. Sin suficiente vitamina D, a los huesos les pasa lo mismo que cuando no ingerimos suficiente calcio; se vuelven débiles y quebradizos. Es un compuesto liposoluble. La almacenamos en nuestra grasa y, de la misma forma, debemos ingerir alimentos grasos para poder obtenerla.Las principales fuentes de vitamina D en nuestra dieta son los pescados con elevado contenido graso como el salmón y las sardinas, así como la carne roja, los huevos y la leche (entera). Las setas son la única fuente de vitamina D de origen no animal. Hace poco me hice un análisis que detectó que tenía un valor de vitamina D inferior al normal. A pesar de que procuro hacer una dieta bastante variada y consciente de mis necesidades nutricionales. La explicación de mi carencia es que son pocos los alimentos de los que podemos obtenerla. La mayoría de la vitamina D que utilizamos es sintetizada por nuestro cuerpo. A través de los alimentos es difícil obtener toda la vitamina D que necesitamos. Producimos vitamina D cuando nos exponemos a la luz directa del sol. Y eso ocurre en la piel. Por eso la deficiencia de vitamina D es frecuente en los meses de invierno. La deficiencia de vitamina D no solo está relacionada con la pérdida de calcio en los huesos. Existen evidencias que asocian su deficiencia con multitud de enfermedades, desde el cancer hasta la fibromialgia y la diabetes.
Vitamina K
Esta vitamina es la que se encarga de distribuir el calcio en nuestro cuerpo. La podemos encontrar en carne, productos lácteos y la yema de los huevos. También está presente en vegetales como las espinacas y el brócoli.
Vitamina C
Es importante para la fabricación del colágeno, que es el “cemento” que mantiene unido el cuerpo, además de ser parte fundamental en los huesos, cartílagos, tendones y músculos. También funciona como antioxidante. Una ingesta adecuada de vitamina C es importante para la reparación de músculos, ligamentos, tendones y discos intervertebrales. La vitamina C puede encontrarse en frutas (fresas, kiwis, cítricos) y en vegetales como tomates, brócoli, espinacas y pimientos.
Vitamina B12
Es necesaria para la formación de las células que construyen el hueso. También es necesaria para la formación de glóbulos rojos, lo que ocurre en el interior de los huesos, en la médula ósea. La deficiencia de vitamina B12 puede asociarse a la osteoporosis. La vitamina B12 solo está presente en productos animales. Si eres vegetarianos estricto o vegano debes ingerirla a través de suplementos. Entre los alimentos donde encontramos la vitamina B12 están los productos lácteos, los huevos y la carne.
Glucosamina y condroitina
Los aminoácidos forman los tejidos cartilaginosos y conectivos. Entre los más importantes están la glucosamina y la condroitina, y suelen ingerirse a través de los suplementos nutricionales. Estos 2 aminoácidos, ayudan a regenerar los cartílagos y mitigar enfermedades como la osteoartritis.