Operación por Hernia Discal ¿es necesaria?

Evita la operación por hernia discal

Las hernias discales es una de las principales causas de ciática y dolor de espalda, inclusive un 80% de las personas con esta molestia lo sufrirá en la espalda baja.

Un dato alarmante revela que personas jóvenes de 26 años ya presentan hernias discales en su columna aunque ni siquiera lo sepan, ya que el tamaño determina el grado de dolor y la afectación a los nervios cercanos, por eso es la principal causa de ciática.

Durante mucho tiempo la operación quirúrgica ha sido el principal tratamiento médico, sin embargo especialistas en columna han dado opiniones positivas sobre tratamientos naturales que alivian el dolor y lo corrigen su causa.

¿Por qué una operación de hernia discal no es la mejor alternativa?

Además del alto riesgo que corre el paciente al someterse a una operación en la columna, ya que consiste en extraer el disco intervertebral dañado que está oprimiendo alguna raíz nerviosa que causa el dolor; la tercera parte de los pacientes no presentan ninguna mejoría y viven con dolor después de la cirugía, pues no se corrige la raíz del problema.

Es importante saber que la principal causa de una hernia discal se debe a espasmos de los músculos profundos intervertebrales, que son de difícil acceso, incluso para masajistas y quiroprácticos ya que requieren de varias sesiones para llegar a ellos, haciéndolo un proceso costoso por lo que los pacientes terminan por abandonarlo.

Si no se atiende esta causa, aunque se opte por la operación una nueva hernia discal puede volver a surgir.

Sin embargo, la tecnología ortopédica ha puesta a nuestro alcance dispositivos de uso en casa para acceder a los músculos más profundos de la columna y así evitar la cirugía.

Estas herramientas eliminan los espasmos profundos de la columna que tienen comprimidas las vértebras y los discos, este efecto permite que las hernias discales se regeneren a través de la llegada de la correcta circulación sanguínea con los nutrientes necesarios para que el cartílago regrese a su forma normal.

A la par de esto, es necesario tener hábitos de vida positivos como cuidar el peso, realizar ejercicio y estiramientos moderados, cuidar la postura o tomar suplementos para reforzar los cartílagos.

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